#NuestrasBodegas | Bodega Delgado Zuleta

La bodega más antigua del marco de Jerez
SIGLO XVIII. Según se recoge en diferentes documentos de su archivo, sus orígenes se remontan al siglo XVIII, perteneciendo el legajo más antiguo encontrado en el amplio archivo de la empresa a 1719. Es en 1744 cuando el Cargador a Indias, Caballero de la Orden de Calatrava y Regidor Perpetuo de Sanlúcar, don Francisco Gil de Ledesma y Sotomayor, inicia la actividad de esta empresa vinatera, y cuatro años más tarde presenta ante el Cabildo de Sanlúcar un proyecto para el establecimiento de una compañía sanluqueña dedicada al comercio con América.
SIGLO XIX. La empresa se mantiene con los nombres de los sucesores de Gil de Ledesma, hasta que a finales del siglo XIX, Dolores Ñudi, una de sus descendientes directas, contrae matrimonio con don José María Delgado y Zuleta, marino de guerra que arriba al puerto de Sanlúcar de Barrameda y deja su carrera militar para ocuparse del negocio vinatero, adoptando la empresa su nombre y apellidos como denominación mercantil. En esa época la compañía experimenta una importante expansión, llegando a ser proveedores de la Real Casa de Sus Majestades don Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia.
SIGLO XX. Tras fallecer José María Delgado y Zuleta se hace cargo del negocio su hijo, Tomás Delgado Ñudi, pasando a denominarse la empresa “Hijo de José Delgado Zuleta S.L.”, convirtiéndose en 1955 en Sociedad Anónima. El 24 de junio de 1974 se adopta el nombre comercial que se mantiene en la actualidad: Delgado Zuleta S.A., y cuatro años más tarde se produce la fusión con la bodega sanluqueña Rodríguez La-Cave S.A., si bien no se modifica el nombre de la sociedad.

Manzanilla de Sanlúcar, una manera de entender la vida
Pocos vinos hay tan ligados a un territorio, a una identidad, a una manera de entender la vida como la manzanilla de Sanlúcar. Decir manzanilla es decir Sanlúcar y decir Sanlúcar es decir manzanilla. El vino de la alegría, de compartir, de disfrutar. El vino de la luz, del mar, de la brisa. Un vino único, que solo se da en este singular y bello rincón del mundo. Porque para que la manzanilla exista tiene que haber Doñana, Bajo de Guía, vientos de poniente, uva palomino, tierras albarizas. Tiene que haber bodegas centenarias, con complejos sistemas de criaderas y soleras, tiene que haber botas veteranas extrañamente medio llenas-medio vacías y tiene que pasar el tiempo, mucho tiempo, en penumbra y silencio. Tiene que haber sabios y viejos capataces que sepan mantener la vida de un misterioso jardín de levaduras, un hermoso velo de flor que sobrevive en un azaroso equilibrio entre sacas, registros y rocíos. Por todo eso, y mucho más, la manzanilla de Sanlúcar es un vino único en el mundo.
En Delgado Zuleta elaboran manzanilla desde 1744. Lógicamente han modernizado algunos procesos, sobre todo a partir del vino terminado, pero en la prolongada fase de elaboración y envejecimiento, que se puede llegar a extender hasta los 10 años en algunas de sus manzanillas pasadas, se siguen respetando las artes y técnicas bodegueras más ancestrales. Como resultado, una auténtica manzanilla sanluqueña, elaborada a la manera más tradicional. Dorada, aromática, sabrosa, nos evoca el Sol, el mar, el Sur. Perfecta en el aperitivo, complemento elegante con los ibéricos, quesos suaves, el pescaíto frito o guisos marineros. Un vino para disfrutar.

Barbiana en rama
Notas de cata. De color oro, brillante y luminoso. En nariz presenta un perfil aromático complejo y muy intenso, con aromas propios de la crianza biológica prolongada, donde destacan los frutos secos, cereales, cítricos y hierbas aromáticas. En boca es seca, sabrosa y untuosa, lo que la hace muy suave al paladar, además de tener un gran volumen y persistencia.
Armonías. Ideal para comenzar con tapas marineras, como pescaíto frito o langostinos de Sanlúcar, y para continuar con pescados a la plancha, al horno o en guisos.

Manzanilla La Goya
Notas de cata. De color amarillo dorado pálido, limpio y brillante. En nariz presenta un perfil fino e intenso, con matices propios de la crianza biológica. Destacan, entre otros, los aromas a almendra tostada, a cáscaras de cítricos y a camomila. En boca es ligera, seca y muy suave al paladar. Sobresale por su persistencia y su untuosidad. Sin duda, una manzanilla al límite de su crianza, de ahí el nombre de “pasada”.
Armonías. Un vino nacido para acompañar todo tipo de manjares salidos del mar, especialmente el marisco y el pescaíto frito. Es perfecta para el aperitivo y es el acompañamiento tradicional de las típicas tapas andaluzas.
GAMA MONTEAGUDO

Amontillado
Notas de cata. De color ambarino brillante, presenta unas notas potentes a frutos secos y madera, sobresaliendo sobre todo la almendra y la avellana. En boca es muy seco y complejo, destacando por su amplitud y persistencia.
Armonías. Su complejidad ha resuelto a los sumilleres algunos maridajes imposibles, como las alcachofas, los ahumados o los escabeches. Una copa de amontillado puede convertir una sencilla sopa o consomé en un auténtico placer gastronómico.
Palo cortado
Notas de cata. De color ambarino brillante, presenta unas notas potentes a frutos secos, destacando sobre todo la almendra y la avellana, aunque también hay notas a nueces y a café. Se aprecian aromas derivados de la madera. En boca es muy seco y complejo, destacando por su amplitud y persistencia. Es un poco más suave que el amontillado, pero no tanto como el oloroso.
Armonías. Se puede degustar solo, para apreciar todos sus infinitos matices, o junto a un buen habano. De todos modos, marida perfectamente con la cocina tradicional, siendo un excelente acompañante para cocidos y estofados.
Oloroso
Notas de cata. De color ámbar, presenta aromas complejos donde destacan las notas a frutos secos, como nuez y avellana, con matices de aromas propios de la madera. En boca es seco, suave y redondo al paladar, con un postgusto muy largo y persistente.
Armonías. Su personalidad y carácter le permiten acompañar platos contundentes, como por ejemplo una carrillada o una cola de toro. Perfecto también para quesos curados.
Cream
Notas de cata. De color caoba oscuro, presenta aromas intensos y muy complejos con notas de pasificación (pasas, higos, orejones). En boca es muy suave, con un excelente equilibrio ácido-dulce que le confiere gran volumen y persistencia. Combina el cuerpo del oloroso y la suavidad del pedro ximénez.
Armonías. Vino muy versátil, que luce sus virtudes tanto como aperitivo como acompañando postres, sobre todo con frutas. Es el protagonista del cóctel de moda: cream, hielo y una rodaja de naranja.
Moscatel
Notas de cata. De color caoba oscuro, aspecto denso e intensidad aromática muy alta, destacan las notas florales y frutales típicas de la uva moscatel. En boca es muy dulce, y combinado con una buena acidez y el punto de amargor propio de la uva, se convierte en un vino de trago muy agradable.
Armonías. Vino muy completo, ya que se puede disfrutar en el aperitivo, en una merienda o de postre. Combina a la perfección con todo tipo de frutas.

Pedro Ximénez Zuleta
Notas de cata. De color caoba oscuro, denso y untuoso, presenta una notas potentes a pasas frescas y otras notas de pasificación. En boca es intenso, goloso y sabroso, con un excelente equilibrio ácido-dulce que lo hace fresco y armónico y que le confiere un gran volumen y persistencia.
Armonías. Un pedro ximénez de corte moderno como éste, invita a ser creativo en el maridaje y no limitarlo exclusivamente a los postres. Aperitivos, quesos, foie o carnes rellenas armonizarán a la perfección con este vino.

Qvo Vadis – VORS
Notas de cata. De color caoba oscuro, es intenso, limpio y brillante. En nariz es punzante y muy potente. Presenta aromas a frutos secos, como almendras y nueces, además de especias y otros olores propios de la madera, como la vainilla, el café y el coco. En boca es muy seco e incisivo, a la vez que muy potente y complejo, debido a su alta concentración. Postgusto muy largo y persistente.
Armonías. El vino más exclusivo y lujoso de la bodega. Un amontillado muy viejo, muy serio, que exige un acompañamiento a la altura. Un gran queso, un excelente jamón o un auténtico atún rojo de almadraba, por ejemplo. Aunque como mejor luce este Quo Vadis? es en solitario, solo acompañado por el deleite del catador experto que sabrá valorar ese momento único junto a este vino de leyenda.